En la serie IKI (2010) Marta Marcé explora el lenguaje como un aspecto esencial a la condición humana y lo hace mediante la interconexión de la expresión pictórica abstracta y el lenguaje mismo, buscando un equilibrio entre la percepción sensible y la mediación conceptual.
El titulo de la exposicion IKI hace referencia a 'un diálogo sobre el lenguaje', una conversación entre un filósofo japonés y Martin Heidegger que se encuentra en su libro 'On the way to Language'. En ella se preguntan si es posible llegar al significado de la palabra IKI - la naturaleza del arte y la poesía japonesa - utilizando el lentuaje abstracto del pensamiento europeo. La conversación fluye sobre la relevancia de la hermeneútica, la estética y el universo de las ideas metafísicas.
La concreción que realiza Marcé para captar el IKI remite a un flujo energético de intuiciones: formas y colores danczan de una manera singular, casi como una silenciosa música visual.
En interesante desafío al lenguaje pictórico, consigue transmitir una sensación deslumbrante de colores translúcidos que se enlazan componiendo, mediante el uso de pinceles japoneses, figuras geométricas y formas que según nos vamos alejando de las obreas, nos remiten a letras y, si dedicamos más tiempo a la observación, nos revelan palabras completas.
Si, por el contrario, volvemos a la mirada más próxima podemos apreciar en los trazos del pincel y su movimiento firme, la voluntad de afirmar el control del pincel a mano alzada, mostrando así la presencia de la huella humana y su imperfección.
Pintura y lenguaje difuminan sus fronteras en esta obra de Marta Marcé y dejan la puerta abierta a una rica experiencia del sentido y lo sentido, ampliando mediante el lenguaje de la pintura los límites de la percepción y del lenguaje escrito.
